lunes, 11 de mayo de 2009

Toponímicos


Nuestra familia en la actualidad, ha modificado su status en el que los apellidos troponímicos eran realmente escasos si esceptuamos el inicial, Tajafuerte, del que, como ya he indicado en reiteradas ocasiones, estoy totamente convencido que proviene de Tajahuerce, pequeña localidad soriana situada en el valle del Rituerto, al pie de la Sierra de Esteras o del Cortado, distante 35 kms. de Soria y unos 70 kms. de Tudela.

Viniegra de Abajo (La Rioja)

Como digo, esto ha variado sustancialmente puesto que tanto las esposas de mis hijos como la del único sobrino de nuestra familia casado, las tres tienen como primer apellido un toponímico: Carmona, Viniegra y Sangüesa respectivamente. En el caso de una de ellas, tres de sus cuatro primeros apellidos son de esta misma especie: Viniegra, Ilarregui y Villanueva. Mi cuñada es Alava que, si no me equivoco, también se puede incluir en este grupo.

Mi mujer y yo seguimos la tradición familiar. En su caso para encontrar el primero hay que remontarse a su quinto apellido: Monreal. En el mío particular, si esceptuamos el primero, tendría que remontarme al cuarto apellido de mi abuelo: Villafranca.


Camona hay dos en España: una en Sevilla y otra en Cantabria. Viniegra otras dos en La Rioja: De arriba y De abajo (la fotografía corresponde a esta última). Sangüesa e Ilarregui son poblaciones navarras. Monreal, además de la navarra, hay del Campo (Teruel), de Ariza (Zaragoza) y del Valle (Cuenca). Con el nombre de Villanueva y Villafranca son inumerables los lugares existentes, por lo cual no me extiendo sobre ellos.

De todas maneras, esto no es ninguna cosa ni extraña ni que nos caracterice, al contrario, es muy común en todas las familias. Vamos, que somos de lo más corrientito.

domingo, 3 de mayo de 2009

Juan Carlos Cervero Vadillo

Voy a dar una semblanza de este legazpiarra con antecesores sorianos, sin cuya ayuda me hubiera sido muy costoso lograr los resultados obtenidos de nuestra historia familiar. El es el responsable de toda la información de nuestros antepasados los Tajahuerce sorianos.
Juan Carlos Cervero Vadillo es un verdadero investigador aunque lo haga de forma totalmente ociosa y gratuita. Colabora activamente en la conservación y clasificación de datos que se encuentran en los archivos. A causa de sus conocimientos genealógicos sobre las familias sorianas ha contribuido a un estudio de la Universidad de Alcalá de Henares sobre la enfermedad de parkinson.
Es quizá el miembro más activo de Gensoria, foro de genealogía Soriana, dando satisfacción a cuantos demandan cualquier información en este foro. Tiene clasificados más de cien mil matrimonios de Soria y cree que en un par de años habrá acabado toda la provincia. Pero sobre todo, Juan Carlos es una persona apasionada por la genealogía siempre dispuesta a ayudar en estas labores a todos los que se lo solicitan. Con toda generosidad. Desinteresadamente. Y todo ello al margen y a pesar de sus obligaciones laborales. Como hobby.
¿Cómo es posible llegar a tiempo a tantas cuestiones? Según él, robándole momentos al sueño, dedicando a estas ocupaciones más horas que el reloj. Es indudable que la televisión es una perfecta desconocida para él. No se pierde gran cosa, desde luego.
Con el tiempo y a causa de las numerosas conversaciones telefónicas mantenidas a lo largo de estos dos últimos años, hemos establecido una amistad, de la que me siento profundamente agradecido.
Juan Carlos frecuenta Hinojosa del Campo (cercano a Tajahuerce y Esteras de Lubia) y conoce nuestra zona. Creo que su esposa tiene parientes en Arguedas y en alguna ocasión ha visitado Tudela. Algún día espero tener el agrado de tratarle personalmente. Por cierto, que tenemos algún antepasado común que relaciona las dos familias.

viernes, 1 de mayo de 2009

Nobles o villanos





No sé por qué razón, todos tenemos que buscar un escudo de armas familiar para demostrar lo nobles que han sido nuestros antepasados.












La realidad es que la inmensa mayoría descendemos de gentes que bastante tenían con subsistir y que no tomaron un arma en su vida; y los que las tomaron fueron generalmente obligados y como carne de cañón.
Desde aquí reivindico la “nobleza” de todos aquellos villanos, “pobres de solemnidad”, que las únicas armas que empuñaron fueron azadones, horcas, hoces, palas, guadañas, martillos, etc. y no para usarlas contra sus semejantes, sino para sacar adelante a sus numerosas proles con el sudor de su frente.
En mi opinión sus vidas si que fueron nobles y no tanto las de los que se dedicaron a aprovecharse de ellos, oprimiéndoles con toda clase de vejaciones, robándoles lo más indispensable, ejerciendo incluso el derecho de pernada, viviendo opíparamente a su costa.
¿Estos eran nobles? Sinceramente, me quedo con los villanos.